La firme negativa de Nintendo a integrar la IA generativa en su proceso de desarrollo de juegos pone de relieve un enfoque cauteloso en medio de la creciente adopción de esta tecnología por parte de la industria. El presidente Shuntaro Furukawa citó preocupaciones sobre los derechos de propiedad intelectual y la infracción de derechos de autor como las razones principales de esta decisión. Si bien reconoció el papel de larga data de la IA en el desarrollo de juegos (particularmente en el comportamiento de los NPC), Furukawa enfatizó la naturaleza distintiva del potencial de la IA generativa para crear contenido original, lo que plantea importantes desafíos en materia de propiedad intelectual.

La declaración de Furukawa, realizada durante una sesión de preguntas y respuestas con inversores, subrayó el compromiso de Nintendo con su filosofía de desarrollo de juegos única y establecida, perfeccionada durante décadas. Destacó la importancia de mantener la identidad de marca distintiva de Nintendo, un valor que cree que no puede replicarse únicamente a través de avances tecnológicos. Esto contrasta marcadamente con las estrategias de otros gigantes de los juegos.

Ubisoft, por ejemplo, utiliza IA generativa en su Proyecto Neural Nexus, empleándola como una herramienta para mejorar las interacciones con los NPC, en lugar de como un motor creativo principal. De manera similar, Square Enix y Electronic Arts ven la IA generativa como un catalizador potencial para la innovación y una mayor eficiencia en la creación de contenido. Sin embargo, la decisión de Nintendo refleja una priorización estratégica de sus métodos probados y un compromiso de preservar el "estilo Nintendo" único que ha definido su éxito. La empresa valora claramente su proceso creativo establecido y los riesgos inherentes asociados con la naturaleza impredecible de la IA generativa al proteger su propiedad intelectual.